material que resume el proceso:
¿Qué fue la Revolución Hispanoamericana?
Se trató de un conjunto de movimientos ocurridos en las posesiones españolas de América, que tuvo como consecuencia su emancipación y constitución en Estados independientes. Los movimientos comenzaron entre 1808 y 1810, y en un principio no tuvieron carácter separatista sino que expresaron el deseo de los criollos de intervenir en el gobierno. A las causas de la revolución las vamos a dividir en internas y externas.
Causas internas.
1- La desigualdad social: los peninsulares, ocupaban los cargos principales del Estado aunque no había ninguna disposición legal que les prohibiera el acceso de los mismos a los criollos. Pero éstos se sentían cada vez más capaces que los españoles para gobernar estos territorios. Cabe destacar que los criollos exigían la igualdad con los peninsulares, no con el resto de la sociedad. Por debajo de ellos, a los mestizos la ley les confirmada su posición de inferioridad a través de una serie de restricciones y a la población indígena se la sometió a diversas formas de tutela (encomienda, corregimiento, misiones, mita). Los esclavos eran excluidos del orden político y civil, y tanto los libertos, como los mulatos y los zambos fueron sometidos a restricciones.
Francisco de Miranda. |
3- La implantación de las reformas borbónicas: crearon nuevos controles e impuestos.
4- La acción de los precursores de la independencia: en general presentaban un carácter utópico y buscaban el apoyo extranjero. Contaron con escasos seguidores. Francisco de Miranda quería transformar a las colonias españolas en un gran Estado continental, regido por una monarquía parlamentaria con un Inca en el trono.
Causas externas.
1- Vieja concepción española de la monarquía contractual y usufructuaria:Francisco Martínez Mariana (1754-1833) desarrolló aquella teoría (medieval) y estableció que la soberanía de los reyes era fruto de un contrato social entre el pueblo y la familia real, y ante la vacancia del trono, la soberanía volvía al pueblo, que era su depositario eminente.
"La familia de Carlos IV" (1800), realizado por Goya. |
2- La influencia de las revoluciones de Norteamérica y la francesa: manifestando la puesta en práctica de las nuevas ideas de los filósofos ilustrados franceses y evidenciando que el gobierno podía organizarse de otra forma, que no fuera una monarquía absoluta.
3- La influencia anglosajona: como modelo a proyectos de organización de los países y como promotora de levantamientos en las colonias.
3- La influencia anglosajona: como modelo a proyectos de organización de los países y como promotora de levantamientos en las colonias.
4- La independencia de Haití: la isla de Santo Domingo desarrolló su propia revolución (1799-1804) logrando independizarse de Francia y constituyendo otro ejemplo de un pueblo que decidió sobre sus propios destinos, pero esta vez, muy cerca de las colonias españolas americanas.
5- La acción de la masonería y de la Compañía de Jesús: a través de ellas se infiltraron las nuevas corrientes ideológicas de carácter liberal en América. También colaborando con los planes de emancipación.
6- La invasión napoleónica de España: tenía como objetivo ingresar a Portugal, pero las tropas francesas fueron ocupando progresivamente las plazas fuertes de España. Mientras, allí se vivía una crisis política debido a que el Rey Carlos IV había delegado el ejercicio del poder en Godoy (Primer Ministro), que fue acusado de corrupción y desorganización administrativa.
A mediados de marzo de 1808, un motín popular forzó al rey a abdicar a favor de su hijo, que tomó el nombre de Fernando VII. Aprovechando esas desavenencias, Napoleón citó a la familia en Bayona. Desconoció la legalidad de la abdicación de Carlos VI y logró que el rey y su hijo abdicaran a favor de él, quien a su vez, cedió la Corona española a su hermano: José Bonaparte.
Los sectores populares tomaron la defensa de Fernando como una cuestión nacional y se organizaron en juntas locales, que más tarde estarían coordinadas por la Junta Central Gubernativa. Su propósito, además de dirigir la lucha contra el francés, era preservar los derechos de Fernando, a quien consideraban soberano legítimo. La Junta convocó a integrarla a representantes americanos, aunque estos finalmente no lo hicieron.
Desde el Virreinato de México hasta el del Río de la Plata, se fueron formando juntas de gobierno en 1808 y 1809, que reconocían a Fernando VII como el legítimo rey y apoyaban la lucha del pueblo español contra el invasor francés. En ellas, las viejas autoridades locales fueron sustituidas o acompañaron a las nuevas autoridades de origen popular.
En el Virreinato del Río de la Plata el movimiento juntista tuvo características particulares respecto de los demás pueblos hispanoamericanos, enfocándose en la vieja lucha de puertos entre Buenos Aires y Montevideo. Rivalidad que se incrementó cuando Inglaterra invadió Buenos Aires a mediados de 1806, tras el bloqueo de los puertos europeos que dispuso Napoleón. En menos de tres semanas, los montevideanos liberaron a Buenos Aires.
Pero en octubre los británicos ocuparon Maldonado y en enero de 1807 atacaron Montevideo. La ayuda solicitada a Buenos Aires llegó tarde. Tras quince días de lucha, Montevideo fue vencida, dejando cerca de ochocientos muertos y quinientos heridos. Mientras Buenos Aires organizaba una misión reconquistadora, los ingleses la atacaron pero logró vencer al invasor y firmó un armisticio en julio de 1807, en el cual se determinaba la retirada de los ingleses de la región rioplatense. En setiembre evacuaron Montevideo. Las invasiones manifestaron la debilidad del imperio español, fomentaron la toma de conciencia de los americanos de su fortaleza y significaron el incremento del comercio en la región del Plata. Más allá de la lealtad de los comerciantes montevideanos con la Corona, la invasión les permitió embolsar buenas ganancias.
Las noticias que se tenían de los sucesos españoles eran muy confusas. La nacionalidad del Virrey Liniers y algunas acciones desarrolladas (correspondencia con Napoleón y proclama de fidelidad a Fernando VII ambigua) provocaron la desconfianza del Gobernador de Montevideo Javier Elío y los españoles allí residentes. Mientras, Carlota Joaquina de Borbón envió una comisión a Buenos Aires exigiendo que se aceptara el protectorado portugués sobre el Virreinato del Río de la Plata, y la Junta de Sevilla, a través de un representante, los exhortaba a la constitución de juntas.
Elío convocó a los cabildantes de Montevideo y luego éstos enviaron al Cabildo y Real Audiencia de Buenos Aires un oficio exigiendo la separación de Liniers de su cargo. Finalmente, Liniers decretó el 17 de setiembre de 1808 la destitución de Elío y su reemplazo por don Juan Antonio Michelena. En Montevideo se convocó a un Cabildo abierto. Este resolvió que Elío permanecería en su cargo, creó una Junta de Gobiernopresidida por el mismo Elío y reconoció como suprema autoridad del reino a la Junta de Sevilla. Allí se presentó una acusación contra Liniers.
Los sectores populares tomaron la defensa de Fernando como una cuestión nacional y se organizaron en juntas locales, que más tarde estarían coordinadas por la Junta Central Gubernativa. Su propósito, además de dirigir la lucha contra el francés, era preservar los derechos de Fernando, a quien consideraban soberano legítimo. La Junta convocó a integrarla a representantes americanos, aunque estos finalmente no lo hicieron.
Desde el Virreinato de México hasta el del Río de la Plata, se fueron formando juntas de gobierno en 1808 y 1809, que reconocían a Fernando VII como el legítimo rey y apoyaban la lucha del pueblo español contra el invasor francés. En ellas, las viejas autoridades locales fueron sustituidas o acompañaron a las nuevas autoridades de origen popular.
En el Virreinato del Río de la Plata el movimiento juntista tuvo características particulares respecto de los demás pueblos hispanoamericanos, enfocándose en la vieja lucha de puertos entre Buenos Aires y Montevideo. Rivalidad que se incrementó cuando Inglaterra invadió Buenos Aires a mediados de 1806, tras el bloqueo de los puertos europeos que dispuso Napoleón. En menos de tres semanas, los montevideanos liberaron a Buenos Aires.
Pero en octubre los británicos ocuparon Maldonado y en enero de 1807 atacaron Montevideo. La ayuda solicitada a Buenos Aires llegó tarde. Tras quince días de lucha, Montevideo fue vencida, dejando cerca de ochocientos muertos y quinientos heridos. Mientras Buenos Aires organizaba una misión reconquistadora, los ingleses la atacaron pero logró vencer al invasor y firmó un armisticio en julio de 1807, en el cual se determinaba la retirada de los ingleses de la región rioplatense. En setiembre evacuaron Montevideo. Las invasiones manifestaron la debilidad del imperio español, fomentaron la toma de conciencia de los americanos de su fortaleza y significaron el incremento del comercio en la región del Plata. Más allá de la lealtad de los comerciantes montevideanos con la Corona, la invasión les permitió embolsar buenas ganancias.
Las noticias que se tenían de los sucesos españoles eran muy confusas. La nacionalidad del Virrey Liniers y algunas acciones desarrolladas (correspondencia con Napoleón y proclama de fidelidad a Fernando VII ambigua) provocaron la desconfianza del Gobernador de Montevideo Javier Elío y los españoles allí residentes. Mientras, Carlota Joaquina de Borbón envió una comisión a Buenos Aires exigiendo que se aceptara el protectorado portugués sobre el Virreinato del Río de la Plata, y la Junta de Sevilla, a través de un representante, los exhortaba a la constitución de juntas.
Elío convocó a los cabildantes de Montevideo y luego éstos enviaron al Cabildo y Real Audiencia de Buenos Aires un oficio exigiendo la separación de Liniers de su cargo. Finalmente, Liniers decretó el 17 de setiembre de 1808 la destitución de Elío y su reemplazo por don Juan Antonio Michelena. En Montevideo se convocó a un Cabildo abierto. Este resolvió que Elío permanecería en su cargo, creó una Junta de Gobiernopresidida por el mismo Elío y reconoció como suprema autoridad del reino a la Junta de Sevilla. Allí se presentó una acusación contra Liniers.
El 1° de enero de 1809 en Buenos Aires, los mercaderes peninsulares, dirigidos por Martín de Alzaga, se manifestaron exigiendo la creación de una Junta Gubernativa, similar a la de Montevideo, y la renuncia de Liniers. Reunidas las autoridades, irrumpen varios oficiales de la milicia criolla, dirigidos por el coronel Saavedra, que respaldaron a Liniers y este ordenó el arresto y destierro de los sublevados. Sin embargo, la Junta Central de Sevilla nombró a Baltasar Hidalgo de Cisneros como virrey, que llegó en junio. Se disolvió la Junta de Montevideo y Elío volvió a ser gobernador.
El avance de los franceses en España obligó a la Junta Central a trasladarse a Cádiz y luego a disolverse, delegando su poder en un Consejo de Regencia el 31 de enero de 1810. Este compartió el poder con la Junta de Cádiz. Tras el llamado de la Junta de Cádiz a las ciudades no ocupadas por el invasor a constituir juntas emanadas de la soberanía popular, se inició el movimiento juntista de 1810, de mayor extensión y profundidad. Las noticias llegadas de España generaron una intensa actividad política entre los días 18 y 25 de mayo en Buenos Aires, conocida como “semana de mayo”. Siendo central en el debate: ¿qué forma de gobierno debe adoptar Hispanoamérica?
El 21 de mayo seiscientos hombres armados exigieron a gritos que se convocase a un Cabildo abierto y se destituyese al virrey. Saavedra aseguró su apoyo militar. El 22 de mayo, en el Cabildo abierto se debatió la postura de los criollos y la de los peninsulares. Los primeros sostenían que el Consejo de Regencia era ilegítimo, que la soberanía había retrovertido en el pueblo y Buenos Aires debía crear un gobierno propio con una Junta Gubernativa, que asumiría la dirección del Virreinato. Los segundos reconocían al Consejo de Regencia como órgano soberano y consideraban legítimas las autoridades dependientes de éste (como los virreyes).
El 23 de mayo se reunió un Cabildo cerrado que resolvió suspender la reunión del Cabildo Abierto. Concluyó que el Virrey debía cesar en su cargo y que el gobierno recaería interinamente en el Cabildo, que formaría una Junta, que gobernaría hasta que se reunieran los representantes de todo el Virreinato. Al día siguiente, se concretó la formación de una Junta presidida por el Virrey Cisneros. Sin embargo, la presión de una milicia ciudadana llevó a que la Junta resignara el mando. El 25 de mayo, el Cabildo rechaza la renuncia de la Junta. Entretanto, una multitud invadió la sede del Cabildo y sostuvo que el pueblo no aceptaba a la Junta y exigió la destitución de Cisneros y creación de una Junta emanada de la soberanía popular. Finalmente, el Cabildo le pidió a Cisneros la renuncia.
Se formó la denominada “Junta Provisional gubernativa del Río de la Plata a nombre del Señor Fernando VII”, sustituyendo al virrey en la plenitud de sus poderes.
El 21 de mayo seiscientos hombres armados exigieron a gritos que se convocase a un Cabildo abierto y se destituyese al virrey. Saavedra aseguró su apoyo militar. El 22 de mayo, en el Cabildo abierto se debatió la postura de los criollos y la de los peninsulares. Los primeros sostenían que el Consejo de Regencia era ilegítimo, que la soberanía había retrovertido en el pueblo y Buenos Aires debía crear un gobierno propio con una Junta Gubernativa, que asumiría la dirección del Virreinato. Los segundos reconocían al Consejo de Regencia como órgano soberano y consideraban legítimas las autoridades dependientes de éste (como los virreyes).
El 23 de mayo se reunió un Cabildo cerrado que resolvió suspender la reunión del Cabildo Abierto. Concluyó que el Virrey debía cesar en su cargo y que el gobierno recaería interinamente en el Cabildo, que formaría una Junta, que gobernaría hasta que se reunieran los representantes de todo el Virreinato. Al día siguiente, se concretó la formación de una Junta presidida por el Virrey Cisneros. Sin embargo, la presión de una milicia ciudadana llevó a que la Junta resignara el mando. El 25 de mayo, el Cabildo rechaza la renuncia de la Junta. Entretanto, una multitud invadió la sede del Cabildo y sostuvo que el pueblo no aceptaba a la Junta y exigió la destitución de Cisneros y creación de una Junta emanada de la soberanía popular. Finalmente, el Cabildo le pidió a Cisneros la renuncia.
Se formó la denominada “Junta Provisional gubernativa del Río de la Plata a nombre del Señor Fernando VII”, sustituyendo al virrey en la plenitud de sus poderes.
Bibliografía:
Reyes Abadie, W; Vázquez Romero, A. Crónica General del Uruguay, tomo II. Montevideo: Banda oriental, 1981.
Ares Pons, R. España en América. Montevideo: 1974.
Abadie, Bruschera, Melogno. La Banda Oriental. Pradera-Frontera - Puerto. Montevideo: Banda Oriental, 1970.
Ares Pons, R. En el umbral de la emancipación. Montevideo: 1968.
Piñeyrúa, Berais, Casiraghi, Crosa, et al. Pensar la Historia 2º año C.B., p.157. Montevideo: Contexto, 2013.
La Enciclopedia del Estudiante, tomo XX. Montevideo: Santillana, 2007.