REFORMA RELIGIOSA
La Reforma, fue la gran revolución religiosa del siglo XVI, comenzada
en Alemania, que rompió la unidad de la Iglesia Católica creando otras religiones cristianas como la
luterana, la calvinista y la anglicana, que son llamadas Iglesias Protestantes.
Hay una actitud diferente frente a la religión.
¿Por qué se produjo la Reforma?
La Reforma fue una expresión más del Renacimiento y de la nueva mentalidad
del siglo XVI. El espíritu crítico y el deseo de renovar la Iglesia provocó,
sin proponérselo, la ruptura de la unidad cristiana de Europa occidental.
Desde la Edad Media y hasta comienzos del siglo XVI, la sociedad debía
enfrentar guerras, hambrunas, epidemias constantes que mataban hasta el
30% de la población, por lo que el miedo a la muerte era una obsesión. El único
refugio era la religión, que los salvaría de morir en pecado.
Pero en esos momentos la Iglesia estaba pasando por una crisis importante,
y la corrupción llegó a los cargos eclesiásticos que eran vendidos
(simonía) ;
Ya no podía ser, de ninguna forma, mediadora entre Dios y el hombre,
protectora, esta Iglesia corrupta que estaba detrás de casi todas las guerras y
negocios de la época.
Además, se produjeron conflictos entre los papas y los emperadores, porque
estos últimos querían aumentar su poder sobre la Iglesia y reducir los derechos
del Papa.
Por último, podemos mencionar el espíritu de crítica del Renacimiento que,
condenó el exceso de riqueza de la Iglesia.
Asimismo, la difusión de la Biblia, gracias a la invención de la
imprenta, acercó “la palabra de Dios” a todos, no sólo a los sacerdotes.
Martín Lutero
Fue un monje alemán que inició la reforma religiosa al oponerse a la venta
de indulgencias(posibilidad de librarse de los pecados a través de la compra del “perdón
divino” de la Iglesia), y estableció que "sólo
la Fe en Dios servía para salvarse y no las obras”.
En el año 1510, tras una visita a Roma, la capital religiosa, Martín
Lutero, regresó profundamente decepcionado por la corrupción que vivenció
respecto a la religión que él tan estrictamente observaba.
En 1517, contrariado por la venta de indulgencias, certificados papales que
liberaban de toda culpa a sus poseedores a cambio de dinero, elaboró 95 tesis que colocó en la puerta de la iglesia del
castillo de Wittenberg. Esto provocó que el Papa León X lo declarara
hereje y lo excomulgara (expulsar) de la Iglesia.
Aquí un extracto de las 95 tesis:
“Por qué el Papa
cuya riqueza es mayor que la de muchos ricos no edifica al menos la Basílica de
San Pedro con sus propios dineros, en vez de hacerlo con el de los pobres
fieles. La indulgencia por la que los predicadores prometen grandes méritos, no
tienen más que uno, el de entregar dinero. Hay que enseñar a los cristianos que
lo que se da a los pobres o presta a los necesitados es mejor que ganar indulgencias”.
Cuestionó la autoridad del Papa y de toda la jerarquía de la Iglesia (papas,
obispos, cardenales etc) y también dijo que la verdadera autoridad era la
Biblia.
Redujo a tres los
sacramentos: el bautismo, la
comunión y la penitencia, y rechazó la creencia del pan y el vino como la carne
y sangre de Cristo.
Afirmó que el hombre era “débil y pecador” y por lo tanto "El justo vivirá por la fe" y no por las obras que realice.
Propuso la libre interpretación de la Biblia y no la impuesta por la autoridad
papal. Asimismo fue el encargado de traducir la Biblia al alemán.
Promovía el trabajo como espiritualidad, y forjado por la providencia, en
contraposición con la Iglesia romana, que condenaba el desarrollo económico.
Esto motivó que entre los sectores de la nueva burguesía la reforma
encontrara sus más fieles adeptos.
Las ceremonias del
culto luterano se realizan en el idioma de cada país y no en latín como en la Iglesia católica. Se niega el culto a la Virgen y a los Santos, así como las representaciones de temas
bíblicos, pintadas o esculpidas. El único símbolo es la cruz, sin la imagen de Cristo.
Lutero coloca a la nueva Iglesia bajo la dependencia de los reyes y
príncipes convertidos a su doctrina. Los Pastores serían nombrados por
ellos y no se podría hacer ninguna modificación al culto o a la doctrina, sin
la aprobación del jefe de Estado.
Coherente con sus ideas de aceptar el gobierno civil y el orden social,
como impuestos por Dios e imposibles de desconocer sin atentar contra el Señor,
apoyó a los Príncipes en su lucha contra el campesinado hostil. Los
campesinos lo consideraron como traidor y el movimiento reformista
perdió parte de su fuerza.
Finalmente, la Paz de Augsburgo (1555) reconoce la división de Alemania según el
principio “a tal príncipe, tal religión”, es decir, se dio a los gobernantes la
libertad de decidir qué religión querían practicar. Los súbditos, por el contrario, estaban obligados a
tener la misma religión que sus gobernantes, los desconformes debían emigrar a
otras tierras, así se logró la coexistencia entre católicos y luteranos por lo
que se oficializaba el rompimiento de la unidad cristiana que había existido
hasta el momento.
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